Descubre el origen del pan de agua

El pan de agua es un alimento que ha ido pasando de generación en generación. Por algo se ha convertido en lo que es hoy: uno de esos productos que merece la pena conocer. 

El pan de agua es un alimento que ha ido pasando de generación en generación. Por algo se ha convertido en lo que es hoy: uno de esos productos que merece la pena conocer.

Dicen que el agua es vida. Tanto es así, que el agua es, el componente más abundante en los medios orgánicos. Solo un dato para demostrarlo: los seres vivos están compuestos de media por un 70% de agua. Y no solo eso: el agua resulta esencial para el sostenimiento y la reproducción de la vida en el planeta Tierra. Es un recurso crucial, no solo para la humanidad, sino para prácticamente todos los seres vivos.

El agua es un elemento ancestral (incluso sagrado). Y, por supuesto, su existencia está ligada intrínsecamente a la gastronomía siendo uno de los principales ingredientes en multitud de recetas. Así ocurre precisamente con el pan, donde el agua es uno de los cuatro ingredientes básicos junto con la harina, la levadura y la sal.

El pan de agua debe su nombre precisamente a este elemento, y destaca por seguir una receta centenaria nacida directamente de la tradición mediterránea. Antiguamente, cuando despuntaba el día, las madres y abuelas de cada familia eran las encargadas de elaborar el pan. Mimo, paciencia y mucho amor eran algunos de los ingredientes que utilizaban para dar vida al pan de agua. Los hornos de piedra tradicionales, por otra parte, aportaban al producto toda la fuerza rústica y le otorgaban un sabor y textura incomparables. El pan de agua de la época, además, estaba concebido para aguantar varios días y se convertía en el necesario sustento de las familias después de largas jornadas de trabajo.

Ya por aquel entonces, el pan era sinónimo de apego, placer y bienestar. Hoy en día, y gracias al legado de estas familias, se ha atesorado una receta auténtica, sencilla, paciente y esmerada que permite cocinar un pan de agua de similares características.

¿Qué hace tan especial al pan de agua?

¿Qué hace realmente tan peculiar al pan de agua? En primer lugar, la harina de trigo de calidad excepcional que se utiliza en su composición, dispuesta específicamente para acoger a su principal aliado, el agua. Esta, precisamente, es la protagonista imprescindible que garantiza que el pan de agua pueda llegar del horno a la mesa tierno y fresco durante todo el día.

No solo los ingredientes son importantes en este pan con tanta tradición mediterránea, sino los procesos. Las costumbres asociadas al slow life, tan característico de la cultura del levante, están marcadas por la paciencia, la dedicación y el esmero en lo que se hace. El pan de agua, en este sentido, bebe de todos estos procedimientos.

Obtenemos una masa muy hidratada por lo que resulta especialmente delicada. El cuidado y el respeto son claves para abordar el proceso de elaboración y, solo así, obtener todo el potencial posible del pan de agua. Los largos tiempos de elaboración, por otro lado, son los que permiten que germinen pequeñas burbujas de aire de lo que luego será un pan de miga alveolada e hidratada.

Y, por supuesto, no sería un producto tradicional si no existiera una herramienta en su concepción de tanta importancia como el horno de piedra. Este tipo de hornos acompaña a la humanidad desde hace miles de años y han perdurado en el tiempo por su capacidad de dotar a los productos de una deliciosa textura final gracias a su gran fuerza de horneado. Ello se traduce, en el caso del pan de agua, en una miga extraordinariamente alveolada, una corteza rústica crujiente y una inconfundible suela plana.

¿Qué le aporta el pan de agua a tu negocio?

La tradición que envuelve al pan de agua habla por sí sola y le confiere la importancia que se merece. Al fin y al cabo, solo un producto que realmente funciona se mantiene a lo largo del tiempo (incluso, a través de los siglos). El pan de agua, por su volumen, su corteza rústica, su capacidad de permanecer tierno y crujiente de la mañana a la noche, y su miga hidratada y alveolada se convierte en uno de esos esenciales con los que debes contar sí o sí en tu establecimiento.

Gracias al pan precocido congelado puedes tener pan de agua en tu negocio. Las masas congeladas de panadería permiten disponer de este tipo de productos intactos y perfectamente preservados hasta el momento de darles un golpe de horno. A partir de aquí, tú mandas, y puedes acabar de darle forma con los criterios, profesionalidad y trayectoria que te avalan. Todas las cualidades anteriormente descritas se mantienen gracias a las características que ofrece el pan precocido, que no solo te permite disponer de este tipo de alimentos en tu negocio, sino que te resulte realmente rentable tenerlos.

Y es que el pan de agua no solo es el ingrediente principal para preparar un delicioso bocadillo a media mañana o a media tarde. Las comidas y las cenas también son el escenario perfecto de este tipo de producto, que puede convertirse en el compañero ideal de numerosos platos. Por no hablar, por otro lado, de las tostadas que se pueden obtener con pan de agua, sencillamente irresistibles acompañadas, por ejemplo, de unas finas rodajas de aguacate, tomates cherry y un chorrito de aceite.

El pan de agua, por sus ingredientes sencillos pero exquisitamente seleccionados y tratados, recuerda una vez más el valor de las cosas sencillas bien hechas. Un producto de toda la vida con una receta que ha ido pasando de generación en generación y que habla del mimo, el esmero, el cuidado o la calidad. Un alimento noble, el pan de agua, que nunca pasa de moda.