Productos clave para que tu cafetería comience a tener más clientes

Uno de los mayores atractivos para la venta en cafeterías es el “recién horneado”. Pero no se trata sólo de una estrategia comercial. En absoluto.

Hay sensaciones que te devuelven a la niñez. Olores y sabores que te transportan a momentos inolvidables. ¿Quién no recuerda haber girado la cabeza al sentir un aroma a bollería recién horneada? Un olor que hace cambiar automáticamente el rumbo para entrar en el horno o la cafetería y descubrir qué sorpresas aguardan allí.

Uno de los mayores atractivos para la venta en cafeterías es el “recién horneado”. Pero no se trata sólo de una estrategia comercial. En absoluto. Antes, este resultado de “recién horneado” sólo se conseguía si se madrugaba muchísimo y se preparaba todo a primera hora de la mañana. Pero ahora, con un ritmo de vida cambiante, con miles de prioridades que atender, contar con productos recién horneados en cualquier momento del día es posible gracias a las masas congeladas. Y, eso sí, con la misma calidad de siempre.

Estos son los productos que, a fin de cuentas, despiertan miradas y, por qué no, aportan un (necesario) momento de placer al cliente. La bollería dulce tiene ahora más cantidad de formatos, sabores, o rellenos que nunca. Y no sólo eso: se puede adaptar a cada franja horaria del día. Desayunos, meriendas, tentempiés… La bollería de calidad, elaborada con esmero, con los mejores ingredientes, y fácil y rápida de preparar, es la que realmente triunfa.

¿A quién no le apetece una deliciosa napolitana caramelizada con azúcar fino por encima, por poner solo un ejemplo? Simplemente irresistible. Simplemente delicioso.

Procesos, sabores, olores

Uno de los aspectos a tener en cuenta para llenar tu cafetería es hornear progresivamente cantidades más pequeñas, pero de forma constante. ¿Qué se consigue con esta táctica? Principalmente, dos beneficios:

El primero, generar un efecto llamada con el aroma inconfundible de estos productos. Quien diga que no se nota cuándo un producto está recién hecho y cuándo no, es que no ha frecuentado demasiadas cafeterías u hornos. El aroma de estos locales suele ser tan embriagador que salir de ellos puede sumir en cierto desconsuelo. ¿La solución? Volver, por supuesto.

El segundo, hacer que las bandejas recién salidas del horno se conviertan en un reclamo. Y es que, por ejemplo, el primer cliente que se lleva una pieza de bollería de una de estas bandejas con producto recién hecho se siente muy especial (y afortunado). Un escenario que solo la bollería congelada permite, por la rotación del producto recién horneado que posibilita.

En algunos casos, además, esta bollería ya está ya pintada con huevo y decorada para ayudar al profesional, como demuestran las napolitanas ya decoradas de Panamar Bakery. Más fácil, imposible.

Colocar la bollería dulce en el punto más visible del expositor, por último, será un acierto seguro, puesto que despertará el apetito y la compra impulsiva. Estrategias, todas las anteriores, que no tendrían sentido alguno si el producto no fuera excelente. Siendo así, conviene aprovecharlas para hacerlo más visible.

El apetito, de hecho, y según la RAE, es el “impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos o necesidades”. Qué mejor que ayudar a cumplir ese propósito ofreciendo piezas de bollería sencillamente irresistibles.

Un surtido para todos los gustos

La variedad en los formatos también es una aliada, ya que hay que ofrecer alternativas para apetitos grandes y pequeños. El cliente puede pedir un tentempié salado; o completar su almuerzo o merienda con un café y unos mini croissants de chocolate que, además, pueden convertirse en el postre dulce perfecto. Edulcorar la vida nunca había sido tan fácil.

Ello, sumado al consejo profesional que aportes desde tu cafetería, hará que la experiencia sea completamente inolvidable. Puedes sugerir la opción más saludable y ligera que aportan las masas de cereales y semillas; darse un capricho con las deliciosas tartaletas de manzana; o mostrar algún capricho de chocolate para los más golosos. Cada momento es especial; cada bocado de algo que hace disfrutar, inolvidable.