Todo lo que cuenta una imagen y por qué es tan importante en el sector gastronómico

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Desde luego, en el contexto actual juegan un papel decisivo a la hora de decantarse por un producto u otro. Hoy nos adentramos en el mundo de la fotografía aprovechando su Día Mundial.

Cada 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, una fecha perfecta no solo para reivindicar este arte, sino para remarcar la importancia de tener una buena imagen en el mundo de la hostelería y la restauración. Y es que en la era digital, la primera impresión casi siempre es visual, y lo que no entra por los ojos… difícilmente llegará al paladar.

Si tienes una panadería, una cafetería, un horno o un negocio de restauración ya sabrás a estas alturas que tus platos pueden ser deliciosos, pero si no los muestras bien, estarás perdiendo oportunidades. No nos referimos únicamente a redes sociales, también la imagen está presente en la carta de tu establecimiento, en tu escaparate… ¡en todas partes!

Comer con los ojos

Hoy más que nunca es una verdad indiscutible que comemos con los ojos. Las redes sociales, especialmente Instagram o TikTok, han convertido la comida en una experiencia estética. Una foto cuidada de un bocadillo recién hecho, una irresistible trenza de chocolate, o una crujiente empanada de hojaldre puede provocar antojo instantáneo y atraer un cliente hasta tu establecimiento.

El problema es que muchas veces se subestima el poder de la imagen: se improvisan fotos con mala luz, se hacen sin cuidado, o no se muestra bien el producto. La consecuencia directa de ello es que la publicación no genera interés o no refleja la calidad de lo que ofreces. Tener buenas fotos para tu carta física o digital, para tus redes sociales, para las plataformas de delivery o takeaway o para acciones de marketing o promociones es fundamental, y ahora te damos algunas claves para que tus productos brillen todo lo posible en estas ocasiones.

Trucos para que tus fotos abran el apetito

En realidad, no necesitas grandes equipos o la última tecnología, sino tener en cuenta ciertos aspectos:

  • Luz natural. Siempre que puedas usa este tipo de luz. Evita los flashes directos, ya que estos suelen crear sombras duras y reflejos que restan atractivo a las imágenes. Se recomienda, en su lugar, apostar por una iluminación suave para obtener resultados más profesionales.
  • Fondos limpios. Una mesa de madera, un paño blanco, una pizarra… con eso puede ser suficiente. Recuerda que en la gran mayoría de ocasiones, menos es más.
  • Cuidado en la presentación. Esto influye directamente en la percepción de calidad y decisión de compra del cliente, por lo que te sugerimos utilizar platos bonitos y una colocación consciente y estética. Evita desperfectos como manchas y migas.
  • Saca partido a las texturas. Si trabajas con productos tales como el pan, procura mostrar las partes doradas y más apetecibles; si fotografías piezas de bollería dulce, intenta que el glaseado luzca irresistible.

Lo ideal es que, además, mantengas siempre un acabado uniforme para que todas tus fotos sean coherentes con lo que el cliente recibirá.

Si de primeras no tienes muy claro por dónde empezar, también está la opción de invertir en un fotógrafo gastronómico profesional, que puede darte material visual para toda la temporada. Debes saber que hoy en día también hay una gran cantidad de herramientas, cursos y aplicaciones que pueden permitirte formarte al respecto.

Tu negocio también habla con imágenes y en el Día Mundial de la Fotografía hay que recordar que una buena imagen no solo vende: también transmite quién eres. ¡Seguro que tienes mucho que decir!

También te puede interesar