Combatir el desperdicio alimentario: un gesto diario

Cada 28 de mayo se conmemora el Día Mundial del Hambre, una fecha que evidencia uno de los desafíos más urgentes y persistentes de nuestro tiempo: el desigual acceso a los alimentos. Según datos del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, más de 735 millones de personas en el mundo viven en situación de subalimentación. Resulta una cifra no solo alarmante, sino también inaceptable, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en un planeta que produce suficiente comida para todos.

La realidad es que, mientras que una parte del mundo sufre hambre crónica, otra desperdicia toneladas de comida cada día, una situación absolutamente dramática a estas alturas. En Europa, se desechan alrededor de 132 kg de alimentos por persona al año según datos de la Comisión Europea. Este desequilibrio pone de manifiesto que el hambre no solo es cuestión de escasez, sino también de distribución, consumo y responsabilidad compartida.

En este contexto el sector alimentario tiene un papel fundamental en la lucha contra el hambre. Y es que no solo se trata de producir más, sino hacerlo de forma eficiente, responsable y sostenible, algo con lo que está firmemente implicada Panamar Bakery Group como empresa. Desde el diseño de productos que reducen el desperdicio mediante el pan precocido congelado (como la Hogaza de Cereales Rebanada y la Hogaza de Maíz Rebanada, donde no hay ni una sola merma) o formatos que se ajustan mejor a diferentes demandas hasta la optimización de procesos logísticos y el uso de envases reciclables, hay muchas cosas que se pueden hacer para darle una vuelta a esta situación.